La episiotomía. Palabra desconocida que entrará a formar parte de tu vocabulario una vez que se acerque la cita más importante de tu vida. Se trata sin duda de uno de los grandes miedos a los que te vas a enfrentar cuando pienses en el momento del parto.
¿Qué es la episiotomía? ¿Cuándo se realiza? ¿Cómo prevenirla? ¿Es lo mismo que un desgarro? En este artículo tratamos de resolver todas tus dudas. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es la episiotomía?
La episiotomía es, ni más ni menos, que una incisión de 1-3cm realizada con el bisturí o las tijeras en la zona del perineo y que afecta de manera directa al suelo pélvico. Pero… vayamos por partes para que puedas comprenderlo todo a la perfección.
Por un lado el suelo pélvico comprende una serie de músculos y ligamentos sujetos en la base de la pelvis que cierran la parte inferior de la cavidad abdominal. Por otro lado cuando hablamos del perineo nos referimos al tejido existente entre el ano y la abertura de la vagina. El objetivo de esta cirugía menor es ensanchar dicha abertura para facilitar el trabajo del parto.
Antiguamente la episiotomía era una práctica que se hacía con gran regularidad ya que se creía que gracias a ella se prevenían posibles desgarros vaginales naturales. Tras muchas investigaciones se ha sugerido que esta práctica no tiene mucho sentido ya que… ¿para qué realizar un corte con el fin de prevenir un desgarro si realmente las episiotomías no sanan mejor que los desgarros? Se está intentando reducir esta práctica cada vez más llevándola a cabo solo en aquellos casos estrictamente necesarios.
Cuándo se realiza la episiotomía
Y ahora puede que te preguntes: “¿Necesitaré una episiotomía cuando llegue el momento de dar a luz a mi bebé?”
A pesar de que la práctica de la episiotomía se ha reducido de manera notable y ya no es un procedimiento rutinario aún existen casos en los que su aplicación es útil.
Hablamos de episiotomía con aplicación útil en el caso de aquellos trabajos de parto estresante en los que el alumbramiento debe producirse lo más rápido posible debido a que el bebé está sufriendo algún tipo de daño (por ejemplo se observa una frecuencia cardiaca anormal). Cuando se necesita un parto vaginal instrumentado (con fórceps) para ayudar a sacar al bebé o porque se trata de un niño prematuro.
La episiotomía también se puede llevar a cabo cuando el bebé es demasiado grande como para salir por la abertura vaginal (de ahí la importancia de cuidar la nutrición en el embarazo y prestar atención a la diabetes gestacional) o cuando el bebé está en posición de nalgas lo cual dificulta su salida al exterior. La falta de dilatación también puede ser uno de los motivos para llevar a cabo una episiotomía. Aquí puedes leer más sobre las contracciones.
Tipos de episiotomías
Antes de conocer los riesgos derivados de las episiotomías debemos saber que dependerán del tipo de incisión que se haya practicado encontrándose en cada una ventajas e inconvenientes sobre la contraria:
- Incisión mediana o de línea media realizada de manera vertical desde la parte inferior de la abertura de la vagina hacia el recto.
- Incisión mediolateral realizada en un ángulo de 45º desde la parte inferior de la abertura vaginal hacia cualquiera de los lados.
“¿Cómo se lleva a cabo una episiotomía?” – puede que te estés preguntado. Antes del nacimiento se insensibiliza la zona y se hace la incisión para agrandar la abertura por donde posteriormente se sacará al bebé. Tras ello se cerrará con puntos de sutura. Y aquí vienen algunas dudas entre ambos tipos:
- ¿Qué tipo de incisión es más fácil de reparar? La incisión mediana. No obstante tiene el riesgo de extenderse hacia la zona anal.
- ¿Qué tipo de incisión ofrece mejor protección ante un desgarro mayor? La mediolateral. Sin embargo es más dolorosa que la anterior.
¿Cuáles son los riesgos de la episiotomía?
La episiotomía supone un riesgo importante de que el desgarro sea mucho más grave de lo que sería si ocurriera de forma natural. Durante el parto es relativamente normal que suceda algún desgarro que, de ocurrir de forma natural, sucederá en la zona más débil del tejido, la piel.
Al realizar el corte de forma artificial, lo más probable es que también afecte a tu musculatura, por lo que el desgarro no solo será a nivel de piel, sino también a nivel muscular, lo que afectará a tu recuperación y probablemente pueda dejarte secuelas.
Sea como fuere, en ambos tipos de episiotomías se sufre dolor ya que no podemos olvidar que… ¡se trata de un desgarro! Aquí puedes leer más sobre el dolor del parto.
Entre los riesgos derivados de estos cortes encontramos.
- Posibilidad de unas hemorragias mayores junto con aumento del tamaño del corte (mayor desgarro pudiendo afectar al recto).
- Posible infección del corte y de los puntos de sutura.
- Tras el posparto se pueden producir relaciones sexuales dolorosas.
- Puede dificultar actividades básicas del día a día como sentarse, agacharse e incluso atender al bebé provocando molestias en la lactancia materna.
¿Cómo es la recuperación de este desgarro?
Si has sufrido una episiotomía durante el parto, lo primero que queremos recomendarte es PACIENCIA. Grandes dosis de paciencia hasta notar que las molestias van remitiendo poco a poco. El proceso de cicatrización y recuperación es molesto y algo lento, sí, pero ¡nada que el tiempo no cure!
Cuidados tras la episiotomía
La herida irá cicatrizando y los puntos tardarán entre 2-3 semanas en caerse o reabsorberse. Entre los cuidados de la episiotomía queremos destacar:
- Extrema la higiene para evitar infecciones. Limpia la herida con agua tibia y jabón neutro. Mantenla seca (NO la frotes) e intenta dejarla al aire libre el mayor tiempo posible.
- Utiliza ropa interior de algodón que no sea ceñida.
- Pon en práctica el masaje perineal para recuperar y cuidar tu suelo pélvico y hacer que éste pueda ir recuperando sus funciones.
- Recuerda que la ayuda de un equipo especializado puede servirte de gran ayuda.
Desde SingularMom te recomendamos que prepares y fortalezcas tu cuerpo para evitar siempre que sea posible tanto este tipo de práctica como cualquier instrumentalización del parto.
Como dice nuestra María, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y salud femenina: “la mejor forma de evitar una episiotomía es no tener unas tijeras cerca”. Recuerda la importancia de dejar tus preferencias escritas en tu plan de parto o incluso hablar de ello cuando vayas a dar a luz.
Con nuestro curso de preparación al parto podrás aprender técnicas para controlar la respiración y maneras en las que realizar los pujos de manera correcta que podrás poner en práctica en uno de los momentos más importantes de tu vida. Disfrutarás más tu embarazo, tendrás un parto seguro y recuperarás tu suelo pélvico rápidamente con tan solo 20 minutos de ejercicio físico al día.