La cesárea es uno de los grandes miedos del embarazo. Miedo que se acentúa sobre todo durante el tercer trimestre, cuando el momento del parto cada vez se siente más cercano. Este momento no solo alberga ilusión y cariño infinito sino que además va acompañado de incertidumbre y preguntas relacionadas con el procedimiento.
Ante este mágico instante hay quien por un lado piensa: “Yo quiero dar a luz de la manera más natural posible. Sé que habrá dolor pero me encantaría saborear cada instante y compartirlo con mi pareja”. Sin embargo otras mujeres son de la opinión contraria y opinan: “¿Para qué sentir dolor si contamos con medios que nos los pueden evitar como la epidural e incluso llegado el momento si la situación se complica está la cesárea?” En este artículo hablamos sobre esta última, los diferentes tipos y su posterior recuperación.
¿Qué es la cesárea?
La cesárea es una intervención quirúrgica en la que se practican incisiones sobre el útero y la pared abdominal de la madre para extraer al bebé. Aunque se trata de una práctica segura para ambos no podemos olvidarnos que es una cirugía mayor y como tal conlleva riesgos propios de una intervención.
Su duración total es de 1-2 horas y pese a lo que en muchas ocasiones se piensa… no ahorra el sufrimiento sino que “lo pospone”. Es decir, durante la operación no se siente nada debido a la anestesia (espinal, epidural o general) sin embargo tras ella suelen aparecer debilidad y molestias. Aquí puedes leer más sobre el dolor en el parto.
¿Son recomendables las cesáreas?
A pesar de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los médicos obstetras han observado un aumento considerable de las cesáreas sin motivos justificables. Se aconseja limitar dicha operación a un 10-15% del total de nacimientos.
La tasa de cesáreas en España (realizadas en un porcentaje mayor en los centros privados que en los hospitales públicos) es alta considerándose que en torno a un 5% de las cesáreas practicadas podrían evitarse. El porcentaje de cesáreas es más bajo en países menos desarrollados como los pertenecientes al África subsahariana.
Tipos de cesáreas
El parto por cesárea se realiza cuando dar a luz al bebé a través de la vagina se torna complicado o inseguro. O lo que es lo mismo, cuando se observan complicaciones para la madre y/o para el bebé. Entre los tipos de cesáreas encontramos la cesárea programada y la cesárea de urgencia.
Cesárea programada
En determinadas ocasiones durante el embarazo se decide que el parto se va a producir por cesárea, es decir, se programa para un momento concreto. ¿Por qué razón?- pensarás. Sencillo, la cesárea programada se produce cuando existen una serie de circunstancias que aumentan el riesgo del parto si este se realiza por vía vaginal. Es decir, se recomienda su práctica por razones exclusivamente médicas. Estas razones son:
- Haber realizado una cesárea con anterioridad.
- Embarazo múltiple.
- Mala posición del bebé (posición transversal, de nalgas,…).
- Prematuridad y/o anomalías en el desarrollo del bebé. Lee más sobre qué es un niño prematuro.
- Patologías y condiciones de la mare (canal de parto estrecho, diabetes gestacional, cardiopatía, infecciones…).
- Alteraciones en el útero que compliquen el parto vaginal como un mioma uterino o una placenta previa.
Por supuesto es importante recalcar que estas condiciones no son motivo excluyente de parto vaginal ya que la cesárea depende de manera significativa de la evolución del embarazo entre otros factores a tener en cuenta. Por ejemplo, a pesar de que antes siempre se recomendaba esta modalidad tras una primera cesárea actualmente no es así ya que depende del motivo por el que se realizase la primera. De ahí la vital importancia de evaluar independientemente cada caso sospesando riesgos y beneficios.
Cesárea de urgencia
En muchas ocasiones hay mujeres que presentan en su plan de parto su deseo porque éste se desarrolle de manera natural. Sin embargo no siempre depende de estos deseos y hay que adaptarse a las necesidades del momento. De ahí que haya que ir con la “mente abierta” para evitar posibles frustraciones ya que en determinados partos se debe llevar a cabo una cesárea de urgencia. Este tipo de cesárea se practica una vez que ha comenzado el trabajo de parto. Aquí puedes leer más sobre la dilatación del parto.
Entre los motivos que provocan este tipo de cesárea de urgencia o de recurso encontramos los siguientes:
- Se encuentran signos de que el bebé está sufriendo.
- Se observan problemas con el cordón umbilical.
- Se produce una distocia. El parto se produce de manera muy lenta llegando incluso a detenerse.
- Se evidencia una gran hemorragia vaginal.
- El niño es demasiado grande y/o la pelvis de la madre es demasiado pequeña.
- Se produce un desprendimiento de la placenta o la placenta es previa lo cual dificultaría la salida del niño.
¿Cómo es la recuperación de la cesárea?
El período de recuperación del parto por cesárea es más extenso que el del parto natural. Es por ello que la estancia en el hospital también suele ser mayor. Aquí puedes leer más sobre el parto en el agua.
Horas después de la cesárea la mujer puede referir picazón, molestias en el abdomen y en la herida realizada, sensación de hinchazón, dolor y aerofagia. Lo más recomendable es intentar moverse lo antes posible y caminar para ir aliviando el dolor de la cicatriz. En cuanto a la lactancia materna, la cesárea no supone ningún problema. Días después la hinchazón puede permanecer al tiempo que se puede observar cansancio, dolor y un relajamiento de los tejidos abdominales.
Cuidados de la cesárea al volver a casa
Tiempo y ayuda tras el parto. Grábate estas dos palabras ya que serán lo que más necesitarás para la recuperación tras la cesárea. Algunas recomendaciones que te damos desde SingularMom para los cuidados de la cesárea al volver a casa son los siguientes:
- Mantén la calma y no hagas sobreesfuerzos. Olvídate de cargar con peso, de conducir, evita ponerte en cuclillas e intenta mantenerlo todo a tu alcance.
- Utiliza una faja que te ayude a comprimir el abdomen y así evitar que se abra la cicatriz. Para actos involuntarios como estornudar, toser o incluso reír protege tu abdomen sujetando tu tripa.
- Cuida de tu nutrición en el embarazo y también durante el posparto. Bebe mucha agua y lleva una dieta saludable.
- Camina frecuentemente para aliviar el dolor, prevenir coágulos y activar los movimientos intestinales.
- Utiliza ropa cómoda y prendas holgadas.
- Presta atención a tu estado de ánimo y a tu salud emocional. Para cuidar al bebé primero debes cuidarte tú.
- Da importancia a tu salud sexual sobre todo durante las primeras 6 semanas tras dar a luz.
- Pide ayuda y descansa el mayor tiempo posible.
- Mantén una higiene diaria de la cicatriz y revísala. Consulta ante cualquier indicio de infección (fiebre, sangrado, cambio de color, mucho dolor,…).
La recuperación de una cesárea es una carrera de fondo. Además de los cuidados que puedas hacer por ti misma resulta de gran utilidad contar con la ayuda de un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico y salud femenina como es el caso de María. Alguien que además de tratar la cicatriz y los efectos adversos derivados de la cesárea te asesore sobre los ejercicios y actividad física más recomendables para fortalecer los músculos abdominales.