Debilidad, cansancio, fatiga… son algunas de las sensaciones que experimentarás si sufres anemia en el embarazo. En muchas ocasiones estas señales suelen ser confundidas con los síntomas propios de la gestación. Pero, ¡que no cunda el pánico!
A lo largo de las siguientes líneas resolvemos todas las dudas que te puedan surgir acerca de este tema. Tema que además genera preocupación e interés a partes iguales en la mayoría de nuestras “singularmoms”. ¡Vamos a ello!
La anemia: Una de las complicaciones más frecuentes del embarazo
Sí. Estás embarazada. Tu cuerpo está sometido a múltiples cambios físicos del embarazo. Y eso, querida amiga, conlleva unos “riesgos”. En el caso que nos compete en este artículo, la anemia en el embarazo, debes ser consciente de que el riesgo a padecerla debido a la carencia de hierro es mayor.
“¿Por qué?”– te estarás preguntando. Sencillo. Porque tu cuerpo necesita generar el doble de cantidad de hierro. Solo de esta manera podrá fabricar más sangre y generar el oxígeno necesario tanto para ti como para tu bebé.
Pero debes saber que una anemia leve es relativamente normal en el embarazo, por lo que no hay que añadir suplementos de hierro en cuanto la veamos. Esto es especialmente relevante en cuanto que el hierro provoca estreñimiento, aunque, llegado el caso, hay algunos suplementos diseñados para no tener este efecto secundario tan molesto. En tu farmacia te informarán adecuadamente.
¿Cuándo hablamos de anemia? Cuando las reservas de hierro no son lo suficientemente grandes. Al haber menos glóbulos rojos el corazón se ve obligado a trabajar más para cumplir su función, de ahí que se esté tan agotada. Sin embargo la falta de hierro no es la única causa a pesar de ser la más común. La carencia de ácido fólico o vitamina B12 también son precursoras de sufrir anemia.
¡Importante! Hay que tener en cuenta que a veces la anemia es menor de lo que marcan los datos extraídos de la analítica. Esto se conoce como “hemodilución”, o lo que es lo mismo, el fenómeno por el cual aumenta la cantidad de líquido en la sangre.
Factores de riesgo de sufrir anemia en el embarazo
La anemia durante el embarazo es sufrida por más de un 90 % de futuras mamás. No obstante existen algunos factores considerados “de riesgo” que provocan que las papeletas que tengas para desarrollarla sean mayores. Entre ellas podemos hablar de:
- Haber sufrido previamente anemia (muchas veces relacionado con un flujo menstrual abundante).
- Ingerir pocos alimentos ricos en hierro.
- Estar embarazada de más de un bebé o lo que es lo mismo, tener un embarazo múltiple.
- Las típicas náuseas que se producen con el desarrollo del feto durante el primer trimestre que hacen que tengas vómitos de manera frecuente.
- Complicaciones asociadas a una placenta previa o presencia de fibromas uterinos causantes de sangrados pequeños pero frecuentes.
Signos y síntomas de la anemia en el embarazo
Como decíamos al principio del post, muchos de los síntomas indicativos de anemia son muy similares a los síntomas generales del embarazo.
No obstante además de la debilidad general y el cansancio injustificado, podemos añadir:
- Dificultad para respirar y dolor de pecho
- Caída considerable de cabello
- Uñas frágiles
- Mareos y/o vértigos
- Dolor de cabeza
- Piel pálida
- Pies y manos fríos
- Apatía
Si la anemia revierte más gravedad pueden aparecer otros síntomas como hipotensión o taquicardias.
¿Qué repercusiones tiene la anemia para el bebé?
Seguramente esto sea lo que más te preocupe. Tranquila, debes saber que las necesidades de tu bebé son cubiertas antes que las tuyas. Sí, el cuerpo es así de sabio.
No obstante un embarazo en el que se sufre déficit de hierro puede provocar que el parto no se produzca a término y/o que el bebé tenga bajo peso (con todo lo que ello conlleva). Aquí puedes leer más sobre los niños prematuros.
Tipos de anemias en el embarazo y sus causas
Antes de ponerle el apellido es primordial saber su nombre. Es decir, en primer lugar hay que prestar atención a los síntomas y realizar el diagnóstico a través de un hemograma completo. Una analítica de sangre te ayudará a determinar la existencia o no de anemia y en su caso, su origen. Esto junto con las ecografías del embarazo son pruebas fundamentales a lo largo del embarazo.
Anemia fisiológica
Anemia frecuente sobre todo en el desarrollo del feto en el segundo trimestre de embarazo al duplicarse el volumen sanguíneo. No suele requerir de tratamiento ya que no se considera peligrosa salvo en aquellos casos en los que los niveles disminuyen en exceso.
Anemia ferropénica
Corresponde al 90-955% de los casos de anemia. Su causa suele estar relacionada con unos depósitos de hierro insuficientes.
Anemia megaloblástica
Tipo de anemia menos común (0,5% de los casos). Se producen por la carencia de ácido fólico, nutriente necesario para la creación de glóbulos rojos y para el buen funcionamiento del sistema nervioso del bebé, y/o de vitamina B12. Su déficit provoca enfermedades como la espina bífida.
Anemia falciforme
Se trata de un caso de anemia especial y particular ya que es fruto de una anomalía genética. Al sufrirla con anterioridad al embarazo hace que la gestación sea de riesgo. No obstante con los controles y cuidados pertinentes el parto suele llegar a buen término.
La alimentación: Tu mejor aliada
Quien me conoce sabe que sigo “a pies juntillas” la sabiduría popular de los refranes. Por eso siempre recomiendo “prevenir antes que curar”. ¡Y es que no hay mejor tratamiento que una buena prevención! ¿Cómo? Con una visita o consulta preconcepcional además de con una buena nutrición en el embarazo.
Algunos de los alimentos que queremos recomendarte desde SingularMom para cubrir la dosis de hierro necesaria son:
- Carne roja (cordero, vaca, cerdo) y carne de ave (pollo, pato, pavo).
- Pescados como las sardinas o las anchoas y mariscos como las ostras, almejas o los mejillones (por supuesto nunca crudos o poco cocinados).
- Legumbres, tofu y patatas.
- Vegetales de hoja verdes como brócoli, repollo, acelgas, espinacas,…
- Yema de huevo.
- Almendras y nueces.
- Pan integral y pastas o cereales enriquecidos con este mineral.
Suplementos vitamínicos
No obstante siempre que tu ginecólogo lo considere oportuno te podrá recetar un suplemento de hierro, ácido fólico y/o vitamina B12. En el caso del hierro hay que tener especial cuidado con su toma. Para asegurarnos de que la absorción del mismo sea correcta es recomendable realizar su ingesta:
- En ayunas.
- Preferiblemente con zumo de naranja para que la Vitamina C facilite su absorción o en su defecto con agua.
- Sin leche o cualquier alimento que tenga calcio ya que dificulta la absorción del mismo.
La combinación anemia y embarazo es más frecuente de lo que imaginas. Aunque no suele revertir mayores complicaciones es aconsejable su prevención y tratamiento con la ayuda de un profesional especializado.
Desde SingularMom estamos encantados de poder ayudarte aportándote tu arma más valiosa: la información. Por supuesto de la mano de nuestro equipo multidisciplinar estamos encantados de poder ayudarte resolviendo todas tus dudas al tiempo que hacemos que vivas tu embarazo de manera plena y satisfactoria.